No utilices el paralágrimas para huir del dolor de la inocencia. Por el contrario, indaga en ese él y busca respuesta a la tristeza de tus alumnos. En esta búsqueda es posible que encuentres soluciones al sufrimiento, y recuperes una sonrisa perdida. Porque ser docente implica educar en el ser, y ser no es más que vivir. Porque vivir en un mundo injusto por naturaleza necesita de valor para convertir lo oscuro en belleza, y como maestro es parte de tu labor enseñar a transformar el mundo, y así, lograr ser felices.