Con un café en la mano espera sentada la vuelta al trabajo. Da sorbos al líquido en busca de un atisbo de energía que de vida a su cansado espíritu. Al levantar la mirada observa tres figuras, a cual más hermosa, que se dirigen a toda velocidad hacia ella. Al siguiente segundo las figuras se convierten en desconocidos niños que, en sus brazos y sin explicación, han venido a despertar su alma. Un breve instante que da sentido a su vida y convierte la experiencia en VOCACIÓN.